lunes, 15 de junio de 2015

Investigar con el tiempo en contra

El tiempo es oro, y más aún si se trata de hacer investigación. Varios jóvenes colegas que se han incorporado recientemente a la docencia universitaria me han comentado sus frustradas intenciones de hacer ciencia con el escaso tiempo que disponen. Y es que los sistemas universitarios que rigen sus actividades vuelcan sobre ellos muchas horas lectivas para dar clases – una especie de “pago por derecho de piso” – rezagando así el tiempo que deberían disponer para realizar algún trabajo de investigación. Sin embargo, la escasez de tiempo no es solo de los jóvenes docentes, al parecer también afecta a los profesores ordinarios. Sea cual sea la causa, lo cierto es que con poco tiempo disponible no se puede hacer investigación, y menos de calidad, que es lo que nos exigen.

Dos alternativas ayudarían a paliar este inconveniente, aunque adelanto ya que las cosas regaladas no se dan, todo implica esfuerzo. La primera de ellas son los postgrados, a través de estudiantes de maestría y doctorado se pueden llevar a cabo proyectos de investigación cuyos resultados finales deberían ser publicables en revistas arbitradas y preferiblemente indexadas. Una condición que se da en la Universidad Nacional Autónoma de México y que me parece digno de imitar es que al estudiante de doctorado se le exige tener por lo menos un artículo publicado para poder recibirse de doctor. Es resaltante que incluso a los estudiantes de licenciatura se les prepara para que sus trabajos de tesis terminen en una revista científica arbitrada. Bajo este panorama, tendríamos a estudiantes de pregrado, maestría y doctorado como colaboradores para llevar a cabo la tarea de investigar y publicar.

La segunda alternativa viene dada por la contratación de personal exclusivo para hacer investigación, algo que parece aún poco extendido en las universidades públicas de Perú. Se trata de personal cualificado que se dedica de forma exclusiva a hacer investigación, obviamente no actúan por cuenta propia sino bajo la tutoría y el marco conceptual del proyecto de un profesor-investigador. Aquí en México estoy teniendo mi primera experiencia al respecto como investigador postdoctoral, y mi cronograma se sintetiza en una palabra que se repite para cada mes: escribir, escribir y escribir. El objetivo es uno solo: incrementar la producción científica del grupo de trabajo, y lograr publicaciones de calidad.

Ahora seamos coherentes, hay que tener dos cosas claras frente a esto. Primero nadie trabaja gratis, por el bien mismo de nuestra profesión debemos buscar la forma de que estos trabajos sean compensados económicamente, para ello se debe incluir el financiamiento de dichas actividades dentro de los proyectos presentados (el tema de la capacitación de personal a través de maestrías y doctorados debe ser incluido y valorado); y segundo, la tarea del investigador principal no lo excluye de sus obligaciones, dirigir un barco no es sencillo, pero hay que mentalizarse que conducimos uno para afrontar con éxito cada ruta que nos tracemos.